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JUAN PABLO 11 TU ESTA CON NOSOTROS

JUFRANCISCANOS DE LA PAZ

BIENVENIDOS TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE AMAN LA PAZ .Y QUEPADRE SANFRANCISCO AMAN LA NATURALEZA COMO EL SERAFICO

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ORACION MILAGROSA DEL PADRE MILIANO

viernes, septiembre 24, 2010

FRANCISCANOS CON LA VIRGEN DE LAS MERCEDES

La Virgen de La Merced fue llamada por Su Santidad el Papa Juan Pablo II en su primera visita al Perú en 1985, “La Estrella de la Fe y de la Evangelización”.

Esta Sagrada Imagen vio su culto nacer durante la época de la Evangelización constituyente, cuando Francisco Pizarro llegó al Perú y fue acompañado por religiosos de la Orden de La Merced, quienes se trazaron la meta de cimentar sus labores evangélicas y la inspiración al culto a la Madre de Dios, bajo la advocación de “María de Las Mercedes”.

Cuenta la historia que un día 24 de septiembre en horas de la noche, incursionó en nuestro puerto una flota inglesa conformada por los piratas más famosos de la época, invadiéndolo y aprovechando la fuga del vecindario, no sin antes experimentar toda suerte de manifestaciones de pánico, desesperación e importancia ante los intrusos.

Según los testigos de aquellos tiempos, cuyo testimonio registra la Historia, los ingleses entrenados para la destrucción y el pillaje, y dueños de la situación, se apropiaron de las riquezas y luego incendiaron la ciudad, para luego organizar sus acostumbradas orgías de triunfo bajo las actitudes morbosas y sanguinarias del pirata George Anson.

El Jefe de la Escuadra inglesa, quiso completar el cuadro de destrucción e intentó robar la Sagrada Imagen de Las Mercedes. Pero no pudo. Fuerzas misteriosas agitaron el mar haciendo huir a los invasores. Frustrada su maligna intención, Anson presa de una ira incontenible, dio una violenta estocada a la Virgen marcándola en el cuello, señal que hasta ahora perdura como testimonio de la acción sacrílega de los ingleses, quienes se vieron precisados a arrojarla al mar.

martes, septiembre 21, 2010

SER CATOLICO ES SER DISCIPULO MISIONERO DE CRISTO

SER CATÓLICO ES SER DISCÍPULO MISIONERO


Hoy quiero retomar dos líneas del Documento de Aparecida. Recuerden ustedes que se trata de aquel texto que recoge las conclusiones de la Vª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que se celebró en Brasil, hace poco más de dos años.
Me parece que son las dos líneas esenciales, que es bueno retomar periódicamente para que no caigan en el olvido.
La primera es que en ese Documento se perfila la identidad de los católicos con esta fórmula tan bella: cada uno es, y debe ser, un discípulo misionero de Jesucristo.
La segunda es el impulso misional que esa Conferencia quiso dar a la Iglesia y que se registra en el Documento con la propuesta final de una misión continental.
Estas dos temáticas están fuertemente ligadas entre sí. Tomemos el tema de la misión. No se trata solamente de organizar misiones, como se realizan en parroquias o en capillas, en distintas regiones de una diócesis, sino que se trata, ante todo, de otorgar a la actividad pastoral ordinaria de la Iglesia un estilo y un aliento misionero.
Todo tendría que ser enfocado desde allí, sin perjuicio de que en determinados momentos y en determinados lugares se realicen misiones específicas. Existe una pedagogía y una metodología tradicional de misiones populares que es preciso retomar siempre como se viene haciendo.
Es importante destacar que la Iglesia se reconoce como misionera. No es una novedad. Lo ha sido siempre. En el fondo, el impulso misionero que queremos dar hoy a las comunidades cristianas entronca con el envío primero, originario,  de Jesús.
La idea del cristiano como discípulo misionero viene de aquel envío de los Apóstoles, antes de la Ascensión, cuando el Señor les dice: vayan por todo el mundo y hagan que todos los pueblos sean discípulos míos. Eso no lo puede hacer un misionero si no es, ante todo, un discípulo.
Vayamos entonces al otro tema. El Documento de Aparecida no ha separado discípulo por un lado y misionero por el otro. Uno puede ser un discípulo pero no tener conciencia de que el discipulado exige compartir el don recibido y el don recibido es la persona de Jesús, la gracia de la Salvación, el pertenecer a la Iglesia, el vivir como hijos de Dios. El Documento ha querido unir esos dos términos. Todo discípulo es misionero. Tampoco nadie puede ser misionero sino es un seguidor de Jesús. El discípulo es el que va detrás del Maestro, el que lo ha tomado a Jesús como Maestro, aprende de Él y vive en comunión con Él.
No es posible que la Iglesia actualice continuamente su vocación misionera si cada uno de sus miembros no se reconoce a sí mismo como discípulo misionero, si no profundiza lo que significa el discipulado y si no se prepara para la misión.

domingo, septiembre 12, 2010

VIDA DEL PADRE EMILIANO TARDIF



El PADRE : . Emiliano fue el octavo de trece hijos de Leonidas Tardif y Ana Larochelle. Nació el 6 de junio de 1928 y ese mismo día fue bautizado en la iglesia parroquial de San Zacharíe por el P. Poirier. El día de su nacimiento esperaban que sucediera lo peor: que muriera la mamá y el niño. Es por eso que ese día en la casa habían dos médicos y estaba presente un sacerdote de la parroquia. Según un médico, doña Ana no podía dar a luz al niño y debía evitarlo. Ante esta sugerencia la mamá dijo: "más vale morir en gracia que morir en pecado. Prefiero sacrificarme y que nazca el hijo".

Todo salió bien y después de Emiliano nacieron cinco hijos más. Cuatro entraron en la vida religiosa: Emiliano y Armando, con los Misioneros del Sagrado Corazón, Luis con los oblatos y Adriana con las Hermanas de Nuestra Señora Auxiliadora. Al P Emiliano le sobreviven ocho hermanos y viven todos en Canadá.

El P. Emiliano nació en San Zacarías, un pequeño pueblo colindante con la frontera de los Estados Unidos. A temprana edad tuvo que emigrar con su familia a la región de Abitibi. A su papá no le fue bien en unos negocios y tuvo que buscar nuevos horizontes. "Es que papá tenía el carisma de la pobreza, si hubiéramos sido ricos no seríamos lo que somos en nuestra vocación", esta fue la respuesta del P. Emiliano a la queja de una de sus hermanas que decía "en casa hemos sido siempre pobres".

Es así como el P. Emiliano pasa varios años de su infancia en un pueblo del Abitibi llamado Rapide Danseur. Y es desde allí que se dirige a la ciudad de Québec, donde los Misioneros del Sagrado Corazón tenían un Seminario Misionero desde el año 1900. En septiembre de 1941 toca la puerta de este Seminario Misionero donde su hermano Armando era el encargado de la cocina. Allí el P. Emiliano completa sus estudios primarios y cursa la escuela secundaria (1941-1948). El 8 de septiembre de 1948 empieza su año de noviciado con nueve compañeros más. Siete de ellos harán la profesión perpetua como Misioneros del Sagrado Corazón y se ordenarán de sacerdotes. Tres de ellos ejercerán su ministerio sacerdotal y misionero en la Rep. Dominicana: El P Emiliano Tardif, José Quinn y Raymundo Savard. El 3 de julio de 1952 el joven religioso M.S.C. Emiliano Tardif escribió esta carta a su Superior Provincial:

"Deseo sinceramente consagrarme a Dios en la Congregación de Los Misioneros del Sagrado Corazón para servirlo como religioso y como sacerdote. Después de pedir las luces del Espíritu Santo y, después de haberlo reflexionado mucho, yo le pido, Reverendo Padre, la admisión a los votos perpetuos. Mi confesor me anima a seguir la vocación de Misionero del Sagrado Corazón, ese es mi más vivo deseo".

Después de su año de noviciado en Sainte Clothilde recibió su formación filosófica en la casa de estudios que su Congregación tenía en Watertown, al norte del Estado de New York. Vuelto a Quebec para hacer su teología, hace la profesión perpetua el 8 de septiembre de 1952. Durante sus estudios de teología residió en la casa más antigua de la Congregación en América, a la sombra del santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en la zona colonial de la ciudad de Québec. Al finalizar el tercer año de teología fue ordenado sacerdote en la parroquia donde vivía su familia, Rapide Danseur del Abitibi, el 24 de junio de 1955 por Mons. Desmarais, obispo de Amos. Ordenado ya sacerdote y haciendo su último año de teología, el P. Emiliano estuvo pensando en su futuro ministerio y el 8 de diciembre de 1955 le escribió de nuevo a su superior provincial:

"La historia de los orígenes de nuestra Congregación nos dice que esta fiesta de la Inmaculada Concepción es un día muy favorable para obtener un gran favor de Dios. A mí me parece que es la ocasión favorable para pedir algo a Usted que para mí es el representante de Dios. Yo sería feliz de ir a ejercer mi apostolado misionero a Santo Domingo o en otras partes... La razón de mi preferencia es la gran pobreza de la gente privada de los sacramentos y también porque me parece que en el apostolado misionero yo podría hacer fructificar mejor los pocos talentos que Dios me ha dado... Yo confío esta petición a Nuestra Señora del Sagrado Corazón".


viernes, septiembre 03, 2010

SENADO DESTACA VISITA DE LOS RESTOS DE DON BOSCO

El senado declaró como regocijo nacional la visita de las reliquias de Don Bosco al país y reconoció los aportes de la familia Salesiana al desarrollo integral de la niñez, la adolescencia y la juventud dominicana, por lo que pidió al Instituto Postal Dominicano (Inposdom) la emisión de un sello conmemorativo de la presencia de Don Bosco en el país.

Según la resolución presentada por el senador Adriano Sánchez Roa, los salesianos, la obra de Don Bosco, acumulan huellas indelebles en la formación humana, educativa, técnica y espiritual de diversas generaciones de dominicanos y dominicanas.

El presidente del senador, doctor Reinaldo Pared Pérez, al escuchar atentamente los dispositivos de la resolución, expresó que “me adhiero a esa propuesta del senador Sánchez Roa, por la gran labor de los salesianos en nuestro país y el mundo.”

Sánchez Roa se fundamentó en que el artículo 56 de la Constitución indica que “La Familia, la Sociedad y el Estado harán primar el interés superior del niño, niña y adolescente, tendrán la obligación de asistirles y protegerles para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales…”

El pleno del senado valoró los setenta y cinco años de obra de Don Bosco en el país, de cuando en 1935, monseñor Ricardo Pittini, Arzobispo de Santo Domingo, la inició, elevando la calidad humana y espiritual de la niñez, adolescencia y juventud, por lo que merece especial reconocimiento el trabajo educativo realizado por la aamilia Salesiana de Don Bosco.

Sánchez Roa manifestó que es de regocijo nacional la presencia en el país de las reliquias de Don Bosco, dentro de un hermoso recorrido mundial, preparativo de los doscientos años del nacimiento del Padre y Maestro de la Juventud, y que coincide con las celebraciones de los 75 años de presencia salesiana en nuestra nacion.

Resaltó la satisfacción y alegría nacional de ver hoy a miles de dominicanos con una formación humana y profesional, salidos de los centros salesianos, de jovenes sumamente pobres acogidos y buscados por los centro de Don Bosco.